Vía: Literanova.com | Por por Hugo Álvarez Pifano
Consideraciones generales
1.- Sus orígenes y el entorno social en que desarrolló su maestría.
Los Calcaño son una familia caraqueña de muy distinguida consideración en las artes y las letras, en su mayoría son músicos y poetas que han jugado un destacado papel en la vida cultural venezolana de los siglos XIX y XX. José Antonio Calcaño en su obra La ciudad y su música, tantas veces citada en mis ensayos, nos ofrece una información muy detallada acerca de su familia, todos muy cultos, que unieron sus estudios musicales a profesiones liberales, que llevan la misma sangre, repiten nombres iguales y se mueven con notoriedad en un ambiente iluminado por el brillo de las artes. Por esta razón, la casa de los calcaño era llamada en Caracas “el nido de los ruiseñores” a lo que un humorista criollo repostó, yo nunca he visto ruiseñores con espuelas, aludiendo al carácter polémico, controversial y de fino humor satírico de todos ellos.
J. A. Calcaño (Caracas 1900–Caracas 1978) fue compositor, ejecutante del violonchelo, fundador y director de agrupaciones corales, pedagogo, musicólogo y crítico de música. Durante una buena parte de su vida desempeñó funciones como diplomático en Suiza, Estados Unidos de América, la República de Irlanda y otros países, lo que le permitió cimentar una bien sazonada cultura general y una sólida preparación musical, hecha a partir de lo adquirido en su Caracas natal, en una época en la que ningún músico venezolano tenía posibilidad alguna de soñar con una vida en Europa.
2.- Fundador de movimientos y agrupaciones musicales.
En 1919, junto a su primo Miguel Ángel Calcaño y a Vicente Emilio Sojo funda el movimiento musical “Renovación” -así denominado por el mismo Calcaño en su libro La ciudad y su música- al cual se unirá más tarde Juan Vicente Lecuna, Juan Bautista Plaza y Moisés Moleiro, y al que por motivos de sistematización histórica se agrega Andrés Delgado Pardo, ellos constituyen el grupo de los seis, los que dieron inicio al movimiento nacionalista musical venezolano. En 1928, funda junto a Vicente Emilio Sojo el Orfeón Lamas y se desempeña como codirector del mismo.
Su obra como compositor
1, a.- Música coral.
Desde el momento en que funda con Sojo el Orfeón Lamas, comienza entonces a componer música coral para esa agrupación, escribe Madrigal campestre (1929), textos de Andrés Bello; Canción pagana, (1930) basada en un poema de Rubén Darío y Los Fantasmas. Así mismo, compone dos canciones para voz y piano: El ave del desierto (1932), sobre un poema de Rabindranath Tagore y Epitafio con texto de Lope de Vega. Más tarde continúa su producción con Évohe (1953), La Virgen de Palo Santo (1954), El gato (1955), Nocturno (1965). La palomita, Égloga Marina, Cara Bonita (canciones para voces oscuras). Ángeles, Pan, Canto del llano abajo, El olímpico cisne, La fuente del rosal, Los naranjos, La voz del lago y La voz de la montaña.
1, b.- Ballet Miranda en Rusia
Por encargo de Wassily de Basil, director del Ballet Ruso de Montecarlo compone Miranda en Rusia, ballet en cinco escenas, con argumento del mismo autor, estrenado en 1945 (para la época los coreógrafos de la compañía eran André Eglevsky y David Lichine, por lo que se presume que la coreografía pudo haber sido de alguno de ellos), dotado de una música de alto vuelo, muy bien construida, y con una excelente orquestación. Su trama toca uno de los temas más fascinantes en la vida del precursor de la independencia americana, su estada en Rusia, un país inmenso que cubre parte de Europa y parte de Asia, gobernado por Catalina la Grande, la autócrata liberal, viuda del emperador Pedro III y de quien se dice que fue amante de Francisco de Miranda (1), un buen guión para un montaje de cualquier género, que incorpora un tema histórico nacional en nuestra música académica. Sin duda, una de las primeras obras del naciente nacionalismo musical venezolano. Posteriormente fue transformada en la Suite sinfónica del ballet Miranda en Rusia, la forma en que ha llegado hasta nosotros, especialmente en un disco de larga duración editado en 1957, la cual consta de tres movimientos: “Obertura”, que ofrece motivos criollos en el desarrollo de una espléndida fuga; “Nocturno”, la parte más trabajada en una armonización politonal, algunos ritmos y motivos nacionales en construcciones de contrapunto; “escena y danzas finales”, en esta parte incluye danzas de inconfundible procedencia rusa.
1, c.- Música sinfónica y música para instrumentos musicales
Es autor de dos obras de música sinfónica: Primera Sinfonía (obra inconclusa) y Obertura Sinfónica. En 1968, escribe y dirige, con textos de su autoría, De profundis: desolación y gloria, dedicada a la memoria del Libertador Simón Bolívar; Así mismo, en ocasión del sesquicentenario de la batalla de Carabobo en el año 1971, estrena su cantata In memoriam, en homenaje al general José Antonio Páez. En 1972 escribe Elegía coral, dedicada a la memoria del poeta Andrés Eloy Blanco, basada en un poema de Miguel Otero Silva, una obra densa y profunda, para orquesta, coro mixto y soprano, con la participación de un narrador. Para instrumentos solistas compuso diversas obras: Para piano: Minué, Criollerías, Sandunga. Para guitarra: Preludio. Compuso también música para conjuntos instrumentales, así por ejemplo, para cuarteto de cuerdas: Cuarteto para cuerdas sobre melodías hebraicas, Segundo cuarteto de cuerdas (1936). Para orquesta de cuerdas: Scherzo.
Trabajos sobre musicología