Rodrigo Sosa Dal Pozzo acaba de obtener el tercer lugar en la prestigiosa competencia de canto, realizada en San Marino.
Por Ana María Hernández Guerra
@amhg_periodista
ESPECIAL PARA VENEZUELA SINFÓNICA
En la página web de Opera Musica, hay un perfil y video del cantante lírico Rodrigo Sosa Dal Pozzo, y lo que destaca en la imagen es la bandera venezolana en el ángulo inferior derecho. Y es que este joven contratenor merideño lleva adelante su gentilicio, mientras su talento descuella por los escenarios internacionales.
Actualmente, Sosa Dal Pozzo está radicado en Estocolmo (Suecia), donde ha perfeccionado su formación, especialmente en lo que a la música antigua se refiere. De hecho, su debut lo hizo en Caracas de la mano de la maestra Isabel Palacios y la Camerata de Caracas.
Y es que este joven contratenor merideño lleva adelante su gentilicio, mientras su talento descuella por los escenarios internacionales.
Este año 2017, el cantante, director, compositor y arreglista de 28 años de edad, ha producido dos noticias: en febrero, la publicación de su disco “Pure Haute-contre”, con música sacra y profana para contratenor, escrita por André Campra y L-N Clérambault; y a principios de septiembre, el tercer premio en el Concurso Internacional de Canto Lírico “Renata Tebaldi”, realizado en San Marino. Vale decir que prácticamente Sosa Dal Pozzo podría ser el subcampeón, toda vez que en esta ocasión, el primer lugar quedó desierto, mientras que el segundo premio fue para el norteamericano Eric Jurenas.
-¿Cómo llegó al Concurso “Renata Tebaldi”?
-Conocía el concurso pero como es un concurso bienal, es difícil seguirle la pista. Una amiga me recordó que debía postularme este año. No es la primera vez que concurso, he sido finalista cuatro veces antes, pero es la primera vez que obtengo un premio. Este es uno de los pocos concursos de canto lírico que tienen una sección para canto/ópera barroca, por lo cual sí, hacía tiempo que quería hacerlo.
-¿Qué repertorio presentó y cuál interpretación le dio el galardón?
–El premio me lo dió sin duda alguna “Qual turnine che scende” de la ópera “Il Germanico” escrita por Pórpora. También interpreté “I miei subiti sdegni” de la “Incoronazione di Poppea” de Monteverdi. Ambas piezas las interpreté en la semifinal también, y en la final a petición del jurado. Se quedaron fuera piezas de Bach, Hasse y Händel que traje en mi programa.
Este es uno de los pocos concursos de canto lírico que tienen una sección para canto/ópera barroca, por lo cual sí, hacía tiempo que quería hacerlo.
-¿Qué trae la obtención de este premio?
-Por ahora nada, sólo un poco de atención mediática y nuevos amigos.
-¿Concursó en una categoría para contratenores?
-No, en la final éramos tres contratenores, un bajo, una mezzosoprano y una contralto. La categoría era de canto antiguo y ópera barroca. Paralelamente hubo una sección de ópera con repertorio comprendido entre Mozart y siglo XX.
-La voz de contratenor no suele ser tan frecuente como los otros registros ¿Cómo ve el panorama actual para su tesitura?
-Es mucho más usual que antes, hay una enorme cantidad de contratenores jóvenes y talentosos, con lo cual también mucha competencia. Estamos un poco limitados por el mercado a hacer repertorio barroco y contemporáneo, yo soy de la opinión de que los contratenores deberíamos también interpretar roles “en travesti”, o sea, roles masculinos escritos para cantantes femeninas, en su mayoría mezzosopranos. Esto depende de los directores de casting, está en sus manos cambiar el cliché de nuestro repertorio “aceptado” si así lo desearan. Aunque hay muchos compositores en vida que escriben música para nosotros (a mi me han dedicado cuatro roles de ópera por ejemplo), el grueso de nuestra carrera reside en el período barroco.